Dicen que una forma
eficiente de enseñar es a través de los sentimientos, ya que se siente “más
natural y lógico”, pues bien las tres mujeres que vinieron a hablarnos el
pasado viernes lo hicieron, y de qué manera.
El tema de la charla no era
otro que el cáncer de mama, pero con una pequeña diferencia, aquí se pretendía
dar una idea más global de la situación en la que se encuentran las mujeres que
están pasando por esta enfermedad. No hablaron solo de los cambios emocionales,
las situaciones angustiosas y los cambios que sufren en sus vidas las
pacientes, sino que también nos hablaron de las personas que lo sufren con
ellas, “los contigos”. Los contigos son un gran
apoyo para las enfermas, son un pilar para evitar que se caigan o un paraguas
para que no se mojen son lo que (a algunas persona más que a otras) les separa
del abatimiento y la rendición.
Uno de los valores
principales que intentaban transmitir era que un pequeño gesto cambia más de lo
que parece, agarrarle la mano, abrazarle o simplemente hablarle puede dar unas
increíbles fuerzas para continuar.
Tuvimos la suerte de hablar
con dos mujeres que habían pasado por esta enfermedad, nos contaron cómo se
vivía desde dentro, como a veces, querían curarse solo para que sus contigos
dejasen de verles pasarlo mal.
También pudimos hablar con
una onco-psicóloga que habló sobre las
emociones de las personas que acudían a ella; entre los que, sorprendentemente,
se encontraban bastantes contigos. Decía que las emociones “son como una
montaña rusa, a veces suben y otras bajan, pero hay que mantener en la mente
que si ha bajado, tendrá que subir”.
Fue una verdadera maravilla
el tenerlas en clase, nos despedimos con un fuerte aplauso y un nudo en la
garganta (porque hasta los más machos soltamos alguna lagrimita). Nos llevamos
una lección de vida que nadie nos quitará jamás.
Izan Sanz Colás 3ºESO C
Mujeres valientes sin lugar a duda. Consiguieron emocionarnos pero sobre todo nos transmitieron su fuerza, su ánimo y el papel tan importante de los "contigo".
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