A finales de 2015, la Universidad de
Zaragoza inaugura el Museo de Ciencias Naturales, un espacio que nace con el
propósito de investigar, conservar, incrementar y divulgar el patrimonio
relativo a las Ciencias Naturales. Es la primera universidad que aloja por sí
misma un espacio como éste y nosotros desde luego no nos perdimos esa
inauguración y fuimos de los primeros en visitarlo. Como este curso y los
venideros ya que su visita resulta muy enriquecedora.
La exposición nos guía por el camino de la evolución desde el
origen del universo hasta la aparición del Homosapiens que crea la fusión de
dos colecciones, la de Paleontología de la Universidad de Zaragoza y la
“Longinos Navás”, depositada por la Compañía de Jesús en 1988.
Algunas son piezas únicas en el mundo y de incalculable valor científico estudiadas por investigadores de la Universidad de Zaragoza. Como los del yacimiento de Murero, pertenecientes al periodo Cámbrico, con 510 años de antigüedad, y que son de las primeras formas de animales que se conocen.
También destacan los restos del Arenysaurus o el cocodrilo de Ricla, con una antigüedad de 170 millones de años.
La colección “Longinos Navás” consta de más de 400 animales naturalizados, esqueletos, conchas de moluscos, fósiles, numerosos herbarios y unos 7.300 insectos, reunidos entre finales del siglo XIX y comienzos del XX por el científico jesuita Longinos Navás Ferrer.
El museo ofrece a sus visitantes una lectura ágil y sencilla y los distintos materiales audiovisuales facilitan el viaje que el espacio propone.
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